3—LA
APRECIACION COMO UNA NECESIDAD BASICA
En la dicotomía
perimetral de la actividad artística, encontramos dos opciones direccionales,
una vertical, puesto que tiene un carácter de arriba a abajo; me refiero a la
relación que se establece entre el origen causal o idea, necesidad, interés o
deseo por hacer, o por crear algo (Causa ) y el producto u obra creada o consecuencia (Efecto ) que
satisface tal propósito específico. Y otra horizontal, puesto que tiene un
carácter posicional, emisor o artista que aprecia y crea (Sujeto ) y receptor u obra creada y apreciada (Objeto).
Es en base a esta mutua relación complementaria
entre las dualidades direccionales, que
se hace posible la existencia, acción, y multiplicación, de la labor creativa o
apreciativa, generando así, las consecuentes dualidades multiformes, basadas en
las relaciones causa efecto y sujeto objeto. Dualidades manifiestas en lo
universal o personal de la temática; en lo temporal y espacial de la
composición; en la precisión y destreza de la gráfica; en lo claro y obscuro
del tono; en la calidez o frialdad del matiz; en lo depurado o inmediato del
oficio; en lo refinado o descuidado de la originalidad; en lo objetivo o
subjetivo de la comunicación y en aquellas cualidades de plenitud y placer
emocional, impulsos o inhibiciones volitivas, y aspectos de razón y ley
contenidos en las artes plásticas, lo que genera la armónica o discordante
relación entre el artista y su obra.
Tenemos una cierta tendencia a buscar las razones
causales de las cosas. Desde buscar el saber cómo se produce la lluvia, hasta
el buscar el propósito de la existencia.
Todas las consecuencias son producto de un acto
causal. Así como todo efecto es a su causa, todo acto produce consecuencias. La
obra de arte, no es más, que la consecuencia de una necesidad originaria. Es
esta correlatividad entre consecuencia y
acto, o entre causa y efecto lo que nos permite la recognición de los orígenes
causales de cualquier consecuencia. Los físicos dicen que toda causa es a su
efecto así como todo efecto es una manifestación del contenido causal.
Si la consecuencia nos manifiesta aspectos de la
causa, podemos afirmar que se puede, a través del estudio de las consecuencias
o de los efectos, llegar a la comprensión de los aspectos de
que se compone la causa originaria.
En el análisis del contenido causal de la apreciación,
debemos comprender, que en ocasiones, los elementos de que está compuesta la
causa de las consecuencias, no se pueden demostrar mediante verificación física
o empírica. También sabemos que al conocimiento de la materia en estudio, no
llegamos únicamente a través de prácticas
demostraciones físicas. Existen mecanismos demostrativos de asociación y análisis, que producen
juicios de entendimiento y que no son
físicamente demostrativos, como por ejemplo la deducción, la intuición, la
lógica e incluso la razón.
Hablamos de causas originarias, porque la creación de
una obra de arte, no parte con el pincel y la tela, se inicia en el proceso de
apreciación de la necesidad de crear.
¿Cuál sería, la causa origen más interesante de
conocer? A la gran mayoría, nos gustaría descubrir cual es la causa de los
poderes, la causa del conocimiento, o la causa de las necesidades. Pero por sobre esto, lo que más nos interesa,
creo yo, es descubrir cual es el origen del todo, el origen del universo.
La causa de los porqués, o el propósito de los
propósitos es sin duda alguna el tema de máximo interés para cualquier
interesado en conocer. Ese ha sido tema recurrente a lo largo de la historia
del arte; saber cual es el origen, la función, el valor y el propósito del
arte.
Para descubrir al origen de los propósitos, es
necesario indagar en el propósito de los propósitos. Si pensamos un poco en
ello, llegaremos a la conclusión de que el propósito del propósito, sea cual
fuere, es el de ser satisfecho.
Todo propósito es causa y consecuencia. El propósito
es tanto una necesidad a satisfacer como una retribución a dicha necesidad. Lo
que nos da a entender, que el propósito es una actividad, inserta en una
cualidad emocional, si definimos a la emoción como capacidad sensible, que nos
permite captar las necesidades y retribuciones del objeto o consecuencia.
Si todo propósito, implica, actividad emocional y la
emoción capta necesidades y ofrece retribuciones, esas necesidades buscan, de
hecho, ser satisfechas, así como las retribuciones buscan satisfacer las
necesidades, por lo mismo deducimos que el propósito, sea cual fuere, busca ser
satisfecho. Si todo lo creado tiene un propósito específico, todo lo creado busca, debe, o ha de ser
satisfecho. Si el propósito de cualquier propósito es el de ser satisfecho, el
propósito de la creación en su globalidad sería también el de ser satisfecho lo
que produciría un sentimiento de complacencia o alegría. Por lo tanto podemos
concluir, aseverando que, la apreciación
de la necesidad de crear, ya sea mediante una pintura, una instalación,
o una acción de arte, busca al apreciar, las sensaciones, conocimientos u
habilidades que produzcan la suficiente complacencia como para ser satisfecha.
El hombre se
complace creando y apreciando.. Cuando sus deseos por hacer, sus intereses por
conocer y sus necesidades por sentir se cumplen, el hombre se complace. ¿Qué es
lo que el artista busca y quiere hacer?.
Sin duda alguna busca y quiere hacer
arte y para eso, aprecia lo que le complace, porque le hace sentir bien y lo
que produce quiere también hacerlo bien. Estemos de acuerdo o no, todo creador
necesita de lo bueno, lo optimo, lo útil, lo apreciado, y lo valido. En
definitiva, busca consecuencias válidas y que estén bien, lo que nos indica que
el deseo del artista como hombre que es, busca y persigue la bondad en sus creaciones y la complacencia en
sus apreciaciones.
El artista,
dentro de los múltiples intereses por los que se aventura, en su proceso y
desarrollo como creador y apreciador, se interesa por aquello que es grato,
como lo bello, lo verídico, lo bien
hecho.
Pero por sobre todo esto, la necesidad vital
del artista como hombre, es la de sentirse valorado, apreciado, respetado y
querido. Sentimientos que logra, acreditando su dignidad, mediante el uso de
las cualidades que lo califiquen como excelente. Podríamos terminar concluyendo
que la necesidad última del artista, es la de sentirse satisfecho, mediante la
apreciación de su trabajo, y del aprecio depositado en sus relaciones
interpersonales con quienes lo circundan.
Cuando se experimenta el afecto del otro y cuando lo
otro nos produce sensaciones gratas o bellas, emocionalmente nos sentimos
satisfechos. En esta complacencia reside la belleza, que puede ser
experimentada mediante sensaciones gratas, a través de pinturas, música, cine
etc, mediante conocimientos que producen complacencia y mediante hechos de
bondad que también producen complacencia. Dicha complacencia precisa y se
fundamenta sobre lo válido, lo justo y lo adecuado. Lo que generalmente se
entiende por valor.
La conclusión lógica a la que llegamos luego de lo
expuesto, es que la apreciación, como definición, es dar o recibir el valor de
lo creado.
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