lunes, 18 de febrero de 2013

QUE ES CREACION


2—¿QUÉ ES CREACIÓN?                                                                                                                      
Siempre y cuando el arte surja como producto de un creador en estado de crisis existencial, desorientado, insatisfecho, ensimismado y anárquico; mientras el comerciante de arte y toda la parafernalia que compone el paradigma de la folklórica cultura, que viste de seda y púrpura al “artista existencialmente en crisis”, aplaudan la extravagancia del predominio ególatra, el arte se transformará en indescifrable e inapreciable. Pero no pretendo alarmarles, aún existen creadores con sentido común, y repito esto –con sentido común--. Cuando digo sentido común me refiero a quienes tienen conciencia colectiva o sentido del todo y siempre.

Vicente Aguilera Cerni, en su libro El Arte Impugnado, dice que  hay una gran diferencia entre los artistas: “existen los que optan por vender su alma al diablo y los que optan por ofrecer su alma a la necesidad histórica”. Cuando se es débil es fácil caer en la tentación ante la opción de lo más fácil, del menor esfuerzo.
Nuestra realidad actual se está debilitando, nos faltan emprendedores perseverantes y ambiciosos que persigan lo grandioso, lo monumental y lo excelente.
Parece ser que las “tendencias justificantes” se han extralimitado. Hemos llevado a extremos inadecuados los conceptos de honestos creadores, que originaron sinceras exploraciones, y sin darnos cuenta hemos transformado, por ejemplo al minimalismo, en la propuesta de lo mínimo. Lo uno, no tiene nada que ver con lo otro. El minimalismo no consiste en trabajar menos, o en ofrecer menos. El minimalismo es una actitud esencialista.
La inquietud minimalista se inició con la exploración de lo esencial en el arte, en base  al contenido de los elementos fundamentales del arte. En esta exploración se llegó a la conclusión de que lo mínimo no se puede concebir como singularidad única, sino, como singularidad múltiple.
El elemento base de la gráfica y por lo tanto del color, es el punto. Este elemento simple, resultó no ser una singularidad, puesto que todo punto contiene centro y periferia, contiene posiciones arriba y abajo, izquierda y derecha; además el punto es producto de una necesidad y por lo tanto se establece al realizarlo una relación de causa y efecto o de contenido y forma, y, no sólo eso, también el punto determina al realizarse y por ser circular, superficies cóncavas y convexas. Estas dualidades de carácter y forma, centro y periferia, cóncavo y convexo, transforman al punto en una singularidad, porque es un solo punto, pero, múltiple, por su múltiple contenido.
De estos descubrimientos no se sabe nada. El que escucha minimalismo asume de inmediato que debe hacer lo mínimo, cuando la originalidad del minimalismo reside en encontrar los aspectos básicos y fundamentales del arte, lo que reside en el origen de lo creado. Pero no quiero desviarme de mi intención inicial que es la de ofrecer una explicación sobre qué es creación.
¿Qué es crear?
Lo inmediato sería  responder con  él: “es hacer algo de la nada”. Pero, ¿es eso cierto? Bueno es lo que todos dicen y si lo dicen todos ¿Cómo van a estar todos equivocados? De lo que no nos damos cuenta aquí, es,  de que estamos utilizando dos conceptos de los que generalmente conocemos muy poco, me refiero a los conceptos - algo  y nada -. Vamos a ver qué sería la nada, puesto que el  “algo” se sobreentiende que es producto de la nada. Lo que estamos afirmando de manera categórica puesto que ni lo dudamos, es que la nada es la causa de algo. ¿Será esto completamente cierto?
Entendemos a la nada como --ausencia de todo-- ¿Será posible crear algo en ausencia de todo?
Crear sabemos que es un acto volitivo en sí, es una fuerza convertida en acción. Para que esa fuerza se provoque o se realice es necesario de otras cuatro fuerzas, eso al menos es lo que nos dice la física del movimiento “no hay fuerza sin dirección”, en otras palabras el movimiento implica orden o dirección ordenada en un sentido. Para que aparezca la dirección ordenada es necesario de la ordenación armónica de cuatro fuerzas: fuerza inicial, fuerza centrífuga, fuerza centrípeta y órbita o fuerza de revolución. Vemos, luego de estudiar un poco de física que la creación no sería posible sin un orden establecido que es el que posibilita al acto volitivo necesario para crear.
Otro aspecto contenido en cualquier creación es el de ser “algo” originado, es decir un algo que pertenece a un origen. Este “algo” es el efecto de una causa original, o la forma de un contenido previo, o el objeto de un sujeto. Ese “algo” no puede desligarse o separarse de su origen.
Todos sabemos también gracias a la ciencia que la energía ni se crea ni se destruye, pero no todos los que sabemos esto, hemos pensado a fondo en ello. Si la energía ni se crea ni se destruye, existe siempre, ha existido siempre y existirá siempre. La energía según esta afirmación es eterna. También sabemos que la energía es una constante universal inmanente en la creación “todo es energía” esto transforma a la energía en presencia constante. Podríamos continuar con el estudio hasta profundidades sorprendentes pero vamos a quedarnos con estos dos atributos que son los que necesitamos y nos bastan para determinar que la “nada” como la entendíamos de –ausencia de todo- no es posible.
La constante e inmanente presencia de la energía nos obliga a afirmar que la creación es otra cosa que crear algo de la nada.
Crear es hacer sustancia algo que originalmente no lo era. Es sustancializar una idea, es transformar una energía inmaterial en material, pero esa transformación sólo es posible en  base  a la mutua correlación entre energías. Por lo tanto, crear no es un acto mágico en el sentido de que aparece algo de la nada. Por supuesto que la imagen formal no existía antes, pero esa imagen formal no es producto de la ausencia de todo, es producto de la transformación de una idea en sustancia. La imagen formal fue previamente “necesidad causal”.
Crear es transformar. El artista o creador transforma el mineral de la tierra en pigmentos, los pigmentos en colores, los colores en formas, matices y tonos adecuados a la experiencia de una realidad y de esta forma crea la imagen, que nos permite la recognición  necesaria para la apreciación. En la creación de los “supuestos imaginarios” intervienen dos inevitables: el creador y su objeto creado. Sin un sujeto creador, sea este una necesidad, interés o deseo contenido en una persona o animal, es imposible la transformación implícita en la creación. En otras palabras sin un sujeto creador no puede existir el objeto creado.
Sujeto-objeto es la realidad básica y fundamental para la creación. Además de un creador y de un objeto creado es preciso que el creador contenga capacidades y habilidades, me explico: El creador debe tener la capacidad de sentir la necesidad de crear algo, además debe conocer cómo crearlo, es decir, debe tener una  capacidad cognitiva, y también debe tener la voluntad, el poder o la habilidad de realizarlo. Sentir la necesidad es un aspecto emocional, lo que nos dice que el creador, sea quien sea, debe contener aspectos emocionales. Conocer o comprender el cómo hacer es un aspecto intelectual, lo que nos dice que el creador debe contener una capacidad intelectual para saber crear. Y realizar el objeto, es producto de una motivación que involucra poder y voluntad. Emoción, intelecto y voluntad son aspectos necesarios en la sustancialización de un objeto creado, cualquiera que este sea.
Curiosamente, la emoción del artista, pretende satisfacerse con su trabajo, lo que obliga a afirmar que deben existir contenidos en el objeto creado, algunos elementos de satisfacción que son recibidos por el creador al apreciarlos. También pretende el creador, aunque no sea consciente de ello, una  recognición de lo que hace; espera que lo que realiza, corresponda con lo que pretende hacer, a pesar de que en ocasiones lo creado le sorprenda, porque salió algo en lo que ni siquiera pensó, pero cuando lo afirma, lo recibe como válido y se establece esa recognición de algo que es verídico para él. Deben comprender que no estoy hablando de la recognición del tema, sino de la recognición del objeto creado, objetos estos que son los que conforman la totalidad del tema o proyecto. Si el proyecto es apreciado, es porque ha sido reconocido por el creador. Esas casualidades que nos sorprenden y permitimos en la labor creativa, las aceptamos porque nos agradan, nos son útiles o nos interesan, lo que indica que las reconocemos como válidas. Por lo tanto la capacidad intelectual del autor, se satisface con aquello que reconoce como verdadero, en el objeto que aprecia al crear. La voluntad del creador pretende que el objeto de su creación,  corresponda con sus expectativas de excelencia, sin las bondades necesarias para satisfacer la motivación del autor, el autor no podría aceptar su trabajo como válido. La validez del trabajo realizado motiva al autor a apreciarlo una y otra vez.
No debemos olvidar que la creación surge como necesidad de un propósito, esto no quiere decir que deba ser objeto de un propósito determinado de antemano, con toda precisión y claridad, no. Propósito es cualquier necesidad, interés o deseo por algo, por lo tanto la necesidad inconsciente de explorar en la labor creativa es ya en sí mismo un propósito.
Con todo esto podemos concluir explicando que creación es un acto volitivo en el que intervienen aspectos emocionales, intelectuales y motivantes, que establecen una relación de correlatividad, semejanza y parecido entre el creador apreciador y el trabajo u objeto creado.
Poéticamente hablando podemos decir también, que creación es una ausencia que encuentra en su desarrollo aquellos elementos que le dan forma.



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